miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cadáver errante



En un día gris me condenaron, arrancaron mi vida de este mundo y al abismo me arrojaron.
Mi cuerpo prepararon, me pusieron bonitas ropas y un rosario en las manos.
Una caja de madera, revestida con tela blanca, acolchada, mi nuevo hogar.
La eternidad me espera, y yo aún sigo aquí, he renegado del mundo y muerta ahora me vi.
Ya no hay ilusión, ni esperanzas ni amor, ya nada puede quebrar mi interior, pues el dolor me hizo fuerte y acobardó mi temor.
Un ángel de piedra será mi única compañía, el único que llore por mi, el que me dará la bienvenida.
Una tapa de madera sobre mis ojos cerrados, y la oscuridad inmensa, un movimiento acompasado, y después, algo cae sobre mí, unos golpes sordos, que cada vez son más lejanos.
Me despido de la luz, del color y la ilusión, ahora la muerte a mí ha llegado.
Rato hace que el ruido se ha apagado, y he aquí, mi cuerpo en un agujero en la tierra olvidado, por mí nadie lágrimas ha derramado, pues nadie estaba allí.
Es mi funeral imaginado, el de aquel dia en que las sombras vinieron a mi,
El que a partir de recuerdos he creado.
He asistido a mi propio entierro, y a nadie he invitado,
He gravado en mi lápida mi nombre, y a nadie he recordado,
Pues inmensidad es el olvido, en el que caeré a diario, aquel día en que los muertos,
Vengan a mí con un abrazo y abrirán la puerta para sacarme de este antro.

martes, 24 de noviembre de 2009

Sollozos inaudibles



Miente mi rostro sereno
Pues por dentro, de pena quiere morir,
No de odio ni remordimiento,
Sino por estar lejos de ti.

Una lágrima invisible
Y un suspiro entrecortado,
La mirada vacía
Un momento recordado.

Un momento de alegría,
Un momento contigo,
Y una despedida amarga
Endulzada con un beso prometido.

Y es que quisiera estar
Junto a ti cada momento,
A tu lado despertar
Y alejar de ti todo sufrimiento.

Pocos días quedan
Para contigo volver a estar,
Y sonrío en sueños
Al poder imaginar,
Estar entre tus brazos
Y tu voz escuchar,
Un beso de tus labios
Y ti poder acariciar.

Pero ahora queda esperar,
A ese día en que te pueda abrazar.
De momento besaré al viento
Y de sollozos inaudibles
Mi mirar se marchitará.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Canto del desamparo




Puedo oir el susurro de las hojas caidas en otoño.
Puedo sentir el canto de los pájaros perdidos que se acercan por aquí.
Puedo notar el calor de los dedos mortales que acarician mis rizos de piedra.
De vez en cuando, un cuervo corona mi cabeza y grazna,como pidiendo ayuda para este ángel de piedra que se lamenta en soledad.
Si, soy un ángel de piedra, toscas manos me tallaron con sumo cuidado e hicieron de mi una obra de arte, como las muchas otras que formamos este museo macabro, olvidado en la memoria de muchos.
Las personas vienen a los cementerios y dejan escapar silenciados sollozos, pero no miran, pues si no, verian la belleza de este lugar.
Algunos se acercan a mi, y no por conocer al difunto que amparo sino por mi belleza, susurran entre ellos y no logro oir lo que dicen, mas, tampoco me interesa, soy tan solo un ángel de piedra anclado a una lápida de marmol.
Mis alas estan quebradas por el paso del tiempo y la erosión de las lluvias.
Mis manos están congeladas, pues me falta el calor de un deseo cumplido.
Mi corazón no existe, pues mi interior es de piedra.
Tengo la cabeza agachada, escondida, para que nadie se percate de mi angustiada tristeza y cuando llueve aprovecho para llorar, así mis lágrimas pasan desapercibidas.
De fria piedra estoy hecho, mas, no por eso dejo de sentir.
Mi interior suplica clemencia, pues no quiere sufrir.
¿puede sufrir un ángel de piedra?
Si, pues lo mio ni es vivir, ni es morir.

jueves, 12 de noviembre de 2009

† Bienvenido al Teatro de los Horrores †

Donde lo feo es bello
y lo macabro se venera,
absténgase aquellos que del temor reniegan,
bienvenido al santuario de atormentados vampiros,
el lugar de reunión de espectros afligidos,
bienvenido al cementerio de los versos perdidos.

Pues aquí lloran las princesas deformes
y en los pantanos bailarán hasta morir
las hadas del desamparo..

Brillará en la noche una estrella,
apagada por el fulgor de la luna llena,
un grito repentino en la niebla
acaba con el canto fúnebre
de los ángeles de piedra.

Prepárate para la función,
arlequines y marionetas sin cuerdas
ante tus ojos brincarán,
y no será si no la triste expresión de sus rostros
tu que tu cuerpo congelará.

Bienvenido al teatro de los horrores...
...que se abra el telón.