lunes, 21 de diciembre de 2009

Inocencia infantil...



La luz de molestaba en los ojos, estaba asustada, muy asustada y lloraba...no podía evitarlo.
Delante de ella estaba ese hombre vestido de negro, el que le preguntaba sin parar una y otra vez lo mismo.
Al fondo, en la oscuridad de la habitación, estaban sus padres y sus tios, abrazados y llorando.
A su derecha un chico joven tomaba apuntes en una pequeña y vieja libreta.
-Contesta por última vez- repitió el hombre de negro.
-Se esta asustando mas-dijo el joven- te dije que no conectaras la luz, que se asustaría mas...
El hombre de negro le dio la espalda y el joven se giró hacia ella.
-A ver pequeña, cuéntanos una vez mas lo que pasó.- dijo mientras anotaba los datos más importantes; sexo, mujer; edad, 5 años; nombre, María.
La niña se restregó con el puño los ojos llorosos y con una vocecita temblorosa repitió su relato:
-Estaba...estaba en la piscina con mi primo Toni y...y me dijo que no sabía nadar sin flotador...y nos reimos y le pregunté qué pasaba si no se lo ponía y me dijo...que se ahogaría...Pero ninguno de los sabíamos...qué era ahogarse...aunque ahora si...ahora si lo se...
-Continua- dijo el hombre de negro.
-...Pues....le empujé a la piscina...y se ahogó...¡hacía cosas raras con la cara! así...-dijo la niña haciendo muecas-...y daba palmas al agua y muchas patadas, y de repente no se movió mas.
-¿Por qué lo hiciste?- le preguntó el joven- sabías que ahogarse era morir.
La niña bajó la cabeza y sus rizos rubios cayeron como una cascada dorada sobre su cara.
-No lo se...
-Si que lo sabes-le dijo el joven.
-Cariño...-dijo su madre acercándose un poco- dile al señor policia lo que me contaste a mi.
la niña sonrió.
-Quería saber...queria saber como era la muerte.

domingo, 13 de diciembre de 2009

A un dios dormido...




De lamentos vive el hombre, y con olvidos depura su alma...

Y ¿serás tu, traficante de sueños rotos,

el que venga y se apodere de nuestras ilusiones?..

Miente y condénanos...es lo que mejor sabes hacer,

castigar nuestras almas dormidas

y destruir los pequeños deseos carcomidos.

Miente y castíganos...pues para ti

tan solo somos un experimento mas,

algo sin valor, sin ilusiones...

Compra seguidores,

es lo único que te gusta hacer,

destruye la humanidad...

cierra los ojos, no mires..

.tapa tus oídos, no escuches...ciego y sordo...

Tu, que has mutilado pensamientos razonables,

tu, que has aniquilado la coherencia dando paso a la incoherencia...

tu...verdugo de la lascivia, predicador de sueños opacos,

los imposibles de alcanzar, imposibles de desear...

Castigador de la libertad, rey de los deshechos humanos...es a ti con quien hay que

acabar...

jueves, 10 de diciembre de 2009

Eterna condena




Esta es la historia de un triste payaso, un payaso que vivía una condena que le acompañaría hasta el fín de sus días.
Olvidó su nombre, ¿de qué servía?, no conocia a nadie que se interesara por él,olvidó su procedencia, ¿para qué recordar el lugar de donde habia salido?, su pasado era olvido, su presente un tormento y su futuro incierto.
Sólo había dos realidades en su vida: la muerte y la tortura a la que estaba encadenado.
Sufría cada día de su vida, pues debía ser falso con el mundo y consigo mismo, sufría cada vez que a un espejo se acercaba, esos malditos traidores, como él los llamaba quienes le recordaban la horrible visión de su tormento cada vez que con uno se encontraba.
Y es que, la condena a la que estaba sometido era a vivir sonriendo, haciendo felices a niños y mayores...eso le gustaba.
Lo que no soportaba era, el vivir toda su vida con una sonrisa forzada en su cara, "sonreir sin sonrisa" era como él calificaba su existencia.
Una sonrisa vacía que carecía de sentimiento, una alegre sonrisa que le sumía a él en la más profunda tristeza.
Si tan sólo pudiera borrarla de su rostro, aunque sólo fueran unos momentos...pero no podía, era payaso, era su naturaleza, y no podía cambiarla.
¿De qué servía sonreir si no sientes tu propia sonrisa?
¿De qué sirve estar alegre por fuera si por dentro eres un hervidero de lamentos?
Nada tenía sentido, por las mañanas en su actuación, muchos niños lo miraban atónitos, pero cuando todo acababa, cuando apagaban las últimas bombillas de la carpa del circo, él se sentaba ahí en medio, en ese suelo recubierto de arena, con la única compañía de sus pensamientos y alguna rata que correteaba por allí.
Miró sus manos, guantes blancos las cubrían, pero bajo estos, estaba la realidad, unas manos humildes, cansadas.
Todo era falso en su existencia, ¡hasta eso!
Es entonces cuando, sin poder evitarlo, unos lagrimones escapan de sus ojos.
Lágrimas tristes para un triste payaso, era quizás lo único real en su mundo.
Lágrimas que se mezclaban con la pintura que adornaba su cara haciendo oscuros borrones por todas partes, pero ¿a quién le importaba?
Y ahí, sentado con la soledad, frente a un público inexistente, agachó la cabeza y dejó que su llanto bailara con la oscuridad que le rodeaba.
Esa sería tal vez, su actuación más pura.
Lo único que permanecia intacto era la enorme y falsa sonrisa roja...
...condenado a una sonrisa artificial.
Una sonrisa que se acabó convirtiendo en su eterna condena

martes, 1 de diciembre de 2009

Noche Interna



Huyen mis ojos del sol
De la luz que abrasa mi ser,
La que no existe
Y abandonó mi cuerpo una vez.

Mi noche interna,
Mi vida una sombra
Y sombría mi pena,
Muerta la lágrima
Que delata mi tristeza,
¡a causa de qué, me condenas!
Si mi pecado fue amar lo odiado.

Hermoso lo horrendo
A mis ojos todo cambia,
dulce lo macabro
y tétrica la luz del día.

Mundanos sentidos
Los tuyos hacia mí,
Reniegas de mi cuerpo
Y de mi espíritu tambien.

Oscura persona,
Misantrópica existencia,
Mundano lo escrito
Que contra la verdad atenta.

Y no es sino frío tu rostro falso,
Escoria tu realidad paralela
A la que huyes y en la que reinas,
Ineptos testimonios de piedra.

Y sueño cada noche,
En la suerte de diferente ser,
En no ser como tú,
Y morir cada amanecer,
Bajo los rayos del sol
Renacen las sombras en mi interior.
Noche interna,
Oscuridad eterna…